Bien dicen que la educación comienza en casa y esto los vamos reforzando con el paso del tiempo. En la escuela sumas, restas, aprendes capitales de ciudades, quién descubrió América, la tabla periódica, etc… todos esos conceptos los aprendemos porque más adelante los aplicaremos durante nuestra instrucción.
También nuestros padres nos enseñan a arreglar el carro –en el caso de los varones- o a cocinar un delicioso pastel –para las chicas- pero ?qué pasa cuando llega la etapa de la adolescencia cuando se nos queman las manos por colocarnos frente al volante y dar nuestro primero “rol” por la colonia? ¿Acaso nos sentamos en nuestra cama con la misma dedicación como lo hacemos para prepararnos para los exámenes, a leer el Reglamento de tránsito para adquirir esa educación que nos va a permitir conducirnos por las vías con una verdadera Cultura Vial? Desafortunadamente, no.
Irresponsablemente creemos que por saber cómo encender el auto y meter las velocidades sin hacer los “caballitos”, ya estamos listos para salir a las calles y manejar y pasar por los cuates o la novia e irnos de fiesta.
Aquí es donde los padres adquieren un papel fundamental. No sólo es el hecho de prestarles o regalarles el auto. También hay que darles el mejor regalo, que es el cuidado de su vida y la de los demás, ya al nacer les dieron la vida pero es su obligación preservarla.
¿Cuánto dinero gastamos en un par de zapatos o en ese dispositivo electrónico de moda? $1,000 o hasta más. ¿Por qué no invertir en un buen curso de manejo donde nos enseñen precisamente lo que es la Cultura Vial? Bien vale la pena hacer un pequeño desembolso de aproximadamente $900.
En las próximas semanas estaremos hablando sobre lo que es Cultura Vial, tipos de accidentes, causas de los accidentes y las repercusiones de éstos en la comunidad.
Comencemos en casa: papá, mamá, denle a sus hijos el mejor regalo para esta Navidad, cuidar su vida y la de los demás.