¿Lo experimentarías en carne propia?

Lo que bien empieza, bien acaba. Esta frase tan escuchada la deberíamos de aplicar en todas nuestras acciones. Siguiendo con el tema de los accidentes, es importante aplicarla para poder evitar –hasta donde esté en nuestras manos- algún percance que lamentemos por el resto de nuestras vidas.

Partamos desde el principio definiendo qué es un accidente vial: “Es aquel que se utiliza para hacer referencia a los hechos o siniestros que toman lugar en la vía pública y que tienen que ver con vehículos de distinto tipo. Los accidentes viales son una de los principales causas de muertes a nivel mundial ya que cuestiones como la imprudencia, la falta de respeto a las leyes viales, el pobre estado de los caminos y carreteras en algunos países, la no existencia de leyes y demás, contribuye a generar esta situación. Fuente: definicionabc.com.

Al principio expresé una frase entre guiones porque hay factores de riesgo que no podemos manejar directamente y así evitar un accidente pero veamos aquellos que sí podemos controlar:

a) Factor humano: son las causadas directamente por el ser humano y representan la causa del mayor porcentaje de accidentes de tránsito y pueden llegar a convertirse en agravantes a la culpabilidad del conductor causante, dependiendo de la legislación de tránsito o relacionada a cada país.

  • Uso y abuso de alcohol y estupefacientes.
  • Imprudencia e inexperiencia del conductor.
  • Rebasar en lugares prohibidos.
  • Desobedecer los señalamientos
  • Circular en sentido contrario.
  • Exceso de velocidad.
  • Uso inadecuado de las luces.
  • Mala salud física y mental del conductor o peatón.
  • Conductas inapropiadas del peatón.
  • Fatiga del conductor producto de apnea o falta de sueño.

b) Factor mecánico: causados por un desperfecto del auto.

  • Vehículo en malas condiciones.
  • Mantenimiento inadecuado del vehículo.

c) Factor climatológico y otros.

  • Niebla, humedad, derrumbes, zonas inestables, hundimientos.
  • Semáforos que funcionan incorrectamente.

Ya todos estos los hemos abordado con anterioridad pero, ¿qué daño nos pueden causar al sufrir o provocar un accidente?

Según el tipo de accidente, pueden distinguirse en forma esquemática las siguientes alternativas con sus consiguientes lesiones:

Lesiones por accidente en auto:

  • Impacto o colisión posterior: en este caso, puede producirse la lesión conocida con el nombre de “latigazo cervical” o fractura de columna cervical con lesión medular o sin ella.
  • Impacto lateral: distensión muscular cervical, fractura vertebral, fractura de clavícula, contusión torácica con lesión pleuropulmonar, fractura de húmero, fractura de pelvis, fracturas de tibia y peroné y desgarros en bazo, hígado e intestinos.
  • Impacto rotatorio: en este caso es importante la velocidad de cada vehículo en el momento del impacto, puesto que cuando dos vehículos se encuentran, las personas situadas en el punto mayor de pérdida de velocidad, es la que experimenta las lesiones más graves. Debe considerarse que, si el vehículo da vueltas, las lesiones son múltiples y variadas, ya que el o los ocupantes son proyectados contra las distintas partes de auto. Si la víctima es despedida fuera del vehículo, las lesiones están en relación con los objetos que el cuerpo encuentre en su trayectoria.
  • Impacto o colisión frontal: las lesiones encontradas en estos casos, pueden ser traumatismos encefalocraneanos y fracturas múltiples de tórax, pelvis y columna con desgarros viscerovasculares toracoabonimales.

Hay que recordar que, es importante en la prevención de este tipo de accidentes, la función que tiene el cinturón de seguridad, ya que si es bien utilizado, confiere la posibilidad de supervivencia en el 50% de los casos o más, al evitar que el ocupante del vehículo sea arrojado fuera de él. En un estudio realizado en Suecia, se demostró su eficacia al reducir la cifra de las lesiones en un 85 al 90%; de los conductores que llevaban correctamente colocado el cinturón, ninguno murió en accidentes ocurridos a velocidades inferiores a los 95 km/h, mientras que otros conductores sin cinturón, murieron en accidentes ocurridos a velocidades de alrededor de 20 km/h.

Estudios sobre el tema, en colisiones que tuvieron lugar a velocidades superiores a los 100 km/h y sin el uso del cinturón ni el apoyacabezas, han demostrado las consecuencias de ls violentos impactos sobre el conductor, mientras que los ocupantes son proyectados hacia la parte anterior del vehículo.

En estos casos y, en orden de frecuencia, se han comprobado las siguientes lesiones:

  • Fracturas expuestas de los miembros;
  • Fracturas de cráneo y columna;
  • Fracturas múltiples de costillas;
  • Fracturas de pelvis;
  • Hernias diafragmáticas traumáticas;
  • Desgarros y estallidos de vísceras;
  • Desgarro pleuropericárdico;
  • Desgarro cardíaco y pulmonar; desgarro de aorta;
  • Lesiones contusas externas y variadas producidas por las estructuras metálicas y los vidrios.

Todo lo expuesto anteriormente, suena muy dramático en papel pero, qué tan dramático puede ser experimentarlo en carne propia… ¿¿¿quieres averiguarlo??? Francamente, yo no.

La recomendación, sé precavido… cuida tu vida que así cuidarás la de los demás.